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lunes, 4 de noviembre de 2013

LIBROS QUE SALVAN VIDAS


Por Javier Coria. Fotos: J.C. y Manu Pérez

Aida Books and More es una organización que depende de la ONG AIDA, Ayuda, Intercambio y Desarrollo. En Aida Books recogen y venden libros usados para dedicar los fondos a proyectos solidarios, algunos tan urgentes como el traer de Guinea-Bissau a niños con cardiopatías graves para que sean intervenidos en España. Visitamos la sede en Madrid de esta organización no gubernamental y hablamos con su presidente y voluntarios.

Javier Gila Lorenzo es cofundador de AIDA y Presidente de su Junta Directiva desde 2003. Licenciado en ciencias políticas y sociología, Gila Lorenzo tiene una larga experiencia en el trabajo y dirección de organizaciones no gubernamentales, desde que en 1994 comenzó su carrera profesional en la gestión y desarrollo de proyectos de cooperación.

¿Cuándo y cómo empezaron a vender libros con objetivos solidarios?

En 2009, estábamos buscando nuevas formas de financiación y llegamos a esta que nos está dando muchas satisfacciones. Desde nuestros orígenes, en 1999, hemos estado financiándonos a través de los fondos de la ayuda oficial al desarrollo, pensando que para eso estaban, ya que dichos fondos se nutren de los impuestos de todos los ciudadanos. Con esos fondos se financian proyectos de cooperación, no se financian a las ONG, y así comenzamos. Pero vimos que había algún tipo de proyecto al que no podíamos llegar, como el de las evacuaciones de niños con cardiopatías de Guinea-Bissau, que son proyectos muy humanitarios, muy caros y cuyos beneficiarios son un número pequeño de personas. Por ello nos vimos obligados a buscar otras fuentes de financiación.



El proyecto de Guinea-Bissau requiere un compromiso constante, ¿no es así?

Nosotros tenemos varios proyectos en Guinea-Bissau, pero el de las cardiopatías no te permite decir: hasta aquí financio y hasta aquí no. Una vez que te has metido en eso ya es para siempre. Las cardiopatías en estos países africanos son muy recurrentes, tanto las congénitas, debido a la mala alimentación de la madre gestante, como las adquiridas por fiebres tifoideas o malarias mal curadas que dejan tocado el corazón. Por ello tuvimos que buscar fuentes de financiación también recurrentes para traer a esos niños a Europa para ser tratados.

¿Y la Ley de Mecenazgo?

Desde nuestros orígenes hemos recibo donaciones privadas, de particulares o de empresas, pero no se puede comparar en absoluto con las públicas. Las causas son muchas, pero no es debido a la falta de solidaridad de la gente, sino a lo mala que es la Ley de Mecenazgo española. Estamos deseando que este gobierno cambie dicha ley, que no tiene ningún sentido. Si comparamos las deducciones fiscales con las que se hacen en otros países avanzados, quedamos muy por detrás, ahora es del 25 % en España, mientras en esos países están entre el 60% o el 90 %. A la gente le da igual pagar impuestos o que se le deduzca ese dinero. Ahora hay un proyecto de Ley para que las donaciones, hasta 150 €, sean deducibles en un 100 %, y eso sería lo ideal, porque así las organizaciones de cooperación no estaríamos tan preocupadas por los fondos públicos, porque tendríamos mucho más apoyo privado, pero se ve que esto debe darle miedo al ministro Montoro. Los particulares como las empresas colaborarían mucho más, no sólo con dinero, sino con servicios. Cuando hay una catástrofe puntual, vemos que en nuestra sociedad la solidaridad no falta, pero no hay canales para que eso se normalice. Además, todo esto coincidió con la crisis y la bajada de los fondos de la ayuda oficial al desarrollo.

¿Cuánto dinero reciben ahora de fondos públicos?

Pues este año no hemos recibido nada, claro que aún no ha terminado el año. El año pasado recibimos dinero para cinco proyectos, de varias agencias de cooperación, de la Estatal, de la Junta de Castilla y León, de la Comunidad de Madrid y Galicia, pero las ayudas están decreciendo mucho.

Y empezaron a vender libros…

Sí, como esta organización tiene mucha vinculación con Segovia fue allí donde abrimos una librería física. En Madrid queríamos hacerlo, pero no podemos pagar unos alquileres carísimos cuando ese dinero lo debemos emplear en solidaridad. Ahora también tenemos una librería en Valencia. La tienda on-line, que los voluntarios gestionan desde esta sede de Madrid, la abrimos en 2012 y nos está dando muy buenos resultados. En ella debemos tener unos 4.000 libros, pero entre las tres sedes tenemos un stock de unos 20.000 libros.


Quién lea esto y quiera participar individual o colectivamente con ustedes,  por ejemplo abriendo una librería, ¿qué tiene que hacer?

Ponerse en contacto con nosotros. Tenemos que ver si coinciden con nuestros fines sociales, y no sólo con la lucha contra la pobreza, en la que todos estamos de acuerdo, sino que tiene que coincidir con nuestra manera de trabajar. No somos una organización, por ejemplo, asistencialista, buscamos la sostenibilidad, no sólo económica, sino también la ambiental, pero también estamos por la igualdad entre hombres y mujeres, en definitiva, que en la medida de nuestras posibilidades buscamos la extensión plena y el disfrute de los Derechos Humanos.

AIDA tiene delegaciones sobre el terreno en Líbano, Vietnam o Bangladesh, por citar sólo tres ejemplos, que por lo especializado de su labor cuenta con profesionales y, gracias a convenios con varias universidades, con becarios que están cursando posgrados o máster en cooperación internacional y desarrollo. Pero en Aida Books todos son voluntarios, como Rosa, que pone su gusto artístico en preparar unos mercadillos con esos detalles que los hacen algo más que un montón de libros de saldo; Daniel, Luis, Jaume, Paula, que se pelea porque los medios de comunicación les hagan caso, y que vean más allá del mundo prosaico de los tertulianos y los Bárcenas de turno; Marta, Iván, Vero, y Mapi, así hasta los 51 voluntarios que trabajan en Segovia, Madrid y Valencia. En nombre de todos ellos hablamos con Camino Benedicto, voluntaria que trabaja en la librería virtual.





¿Cuál es su labor en Aida books?

Lo más curioso fue cómo empecé. Sin entrar en detalles, me encontré con libros interesantes o curiosos como El astrágalo de Albertine Sarrazin, algunos libros de Juan García Hortelano y otros a los que, por decirlo de alguna forma, no se les estaba dando un destino honroso. Hablé con los voluntarios que estaban en un mercadillo y Javier Gila me propuso que si quería ayudarles, y así lo hice. Mi trabajo fue organizar el almacén, y ahora lo que hago es seleccionar y separar los libros y tasarlos. Hay que tener un criterio unificado, y además no todos los voluntarios tienen porque saber de literatura.

¿Pero sus prioridades no son los de una librería comercial?

Claro. El dinero que nosotros recaudamos ahora, por ejemplo, van a un proyecto de educación en Marruecos y al de los niños con cardiopatías de Guinea-Bissau. En este caso que te ha explicado Javier, el dinero es urgente. Los médicos son gratis, y buscamos a familias que acojan a los niños aquí, pero están los gastos de los billetes de ellos y los acompañantes y demás. Si hay una urgencia, se ha dado el caso en que, si la caja estaba vacía, los voluntarios hemos tenido que adelantar el dinero. Esto se traduce que cuando nosotros ponemos un libro a la venta en la web, necesitamos venderlo cuanto antes mejor, por ello tenemos que poner precios bajos, no podemos esperar como lo haría un librero a encontrar el cliente que esté dispuesto a pagar un precio de, por ejemplo, 50 € por una primera edición. Traer un niño nos sale por unos 3.000 €.

¿Los clientes de la web lo hacen por solidaridad?

Los particulares, que son la mayoría, y las empresas que nos donan libros lo hacen por solidaridad, pero la mayoría de nuestros compradores son lectores que ven una forma barata de hacerse con libros, y eso en tiempos de crisis está bien. Los precios van desde 2 € hasta 6 €, luego hay libros antiguos más caros, pero siempre muy por debajo del mercado. Tenemos libros técnicos antiguos que son difíciles de encontrar, y que se venden muy bien, y la narrativa, claro.

Y luego están las esculturas con libros que usted hace…

Sí, lo llamamos artesanías de libros reciclados, porque no nos consideramos artistas como para llamarlos libro de artista. Alguien se podría sentir enojado por hacer esto con los libros, pero hay muchos libros que nos llegan sin tapa, rotos y que no podemos vender, o como en el caso de enciclopedias o diccionarios viejos que ya nadie compra. Con todo eso hacemos unas piezas que, en un principio nos servían para decorar los mercadillos, pero nos preguntaban si los vendíamos y decidimos hacerlo. Incluso organizamos un taller para los voluntarios. Se trata de venderlo todo para conseguir fondos para los proyectos.




Sin duda es una nueva forma de devolver la vida a un libro, convirtiéndolo en una pieza artística o que cumpla la misión para la que fue creado, ser leído. Pero cuando se une eso a la posibilidad cierta de salvar una vida, podemos hablar de libros y algo más.

SEDES DONDE DONAR O COMPRAR LIBROS

MADRID
c/. Claudio Coello, 112, 1ª
Telf.: 91 411 68 47

SEGOVIA
c/. Marqués del Arco, 26
Telf.: 92 146 22 68

VALENCIA
c/. Molinell, 14

Publicado originalmente en la Revista Rambla

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